Luego de los sucesos del 28 de febrero los orientales aguardaban a un jefe que los guiara hacia la meta final, la libertad.
En abril culminaría la espera. Encarnado en la figura carismática de José Artigas llegaría "el Primer jefe de los Orientales".
Ya en Mercedes, Artigas emite una Proclama al Ejército de la Banda Oriental.
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